CUADRO I
La espera
Desde una ventana
se oía el llanto de un bebé recién nacido. Su madre lo observaba impregnada de
tristeza y con el miedo de acostumbrarse a la ausencia del hombre que engendró
a su criatura. Ni siquiera el alimento materno pudo calmar el llanto del niño,
quien gritaba ansiosamente sentir los brazos de su padre. Así, entre el frío
reinante en la habitación y los gritos del bebé, la madre cavilaba, añoraba,
esperaba.
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